Travesía explorando el río Salado de Buenos Aires, desde laguna El Hinojo de Venado Tuerto a Bahía de Samborombón.
jueves, 8 de enero de 2009
El Regreso
El Río Salado
Emprendemos la marcha con algunas dificultades pues en algunos tramos la laguna el Chañar está tan baja que nos obliga a continuar a pie.
Gradualmente nos vamos alejando del pueblo que comienza a esfumarse en el horizonte, apenas divisándose los tupidos montes de eucaliptus que la rodean.
Las aguas quieta y bajas, están cubiertas de aglomerados de algas filamentosas, y a algunos metros de distancia, nadan varias bandadas de Coscorobas, los cisnes salvajes de las pampas, a quien escuchamos clamar alerta con sus fuertes gritos de donde toman su nombre.
El GPS nos indica el rumbo que debemos tomar para encontrar ese angosto canal a donde desembocan las aguas del Chañar, y que resulta difícil de localizar a simple vista por la uniformidad que presenta en toda su extensión la costa.
Luegos de una hora de remar arribamos al vertedero, que nos indicará si hay agua para continuar. Pero está completamente seco. El agua de la laguna el Chañar, se encuentra unos 20 cms por debajo del vertedero, solo lluvias torrenciales podrían proporcionar el agua suficiente para continuar este viaje.
Mas allá del vertedero donde tendría que fluir una corriente de agua, se extiende un rosario de charcos bajos, rodeados de espartillares, y en la lejanía se observan areas blanquecinas por la sal, donde alguna vez hubo agua.
La desilusión se apodera de nosotros. No es posible continuar este viaje, hasta que haya suficiente lluvia. Hemos avanzado hasta lo posible. Es hora de regresar.
miércoles, 7 de enero de 2009
Llegando a la Laguna El Chañar de Teodelina
Estamos atascados, sin forma de continuar. Debemos ir a pedir auxilio, un transporte que nos permita acercarnos a Teodelina. Nuestros celulares, no tienen señal, por lo que habrá que seguir el recorrido del arroyo para llegar a pie. Pero de pronto, gracias a un mensaje entrante, nos damos cuenta que en algunos puntos de los alrededores del camino contamos con una señal, aunque débil.
Una ayuda de los amigos
Llamamos a Alejandra Bróndolo, de Teodelina, que ha sido estudiante de Biología en el Instituto de profesorado, a fin de que nos haga de contacto con algún transporte. Y es así que en pocos minutos consigue quien nos pueda llevar.
Carlos Carini, amigo de familia, se ha ofrecido a irnos a buscar al arroyo seco, simplemente por ayudar.
Tan intoxicados por la vida en la ciudad, nos sorprende la apertura y calidez de la gente con la que nos vamos encontrando a lo largo del camino.
En poco tiempo llega hasta el lugar y cargamos la piragua y equipaje. Y de nuevo en viaje, aunque esta vez ni a pié, ni navegando... a motor.
Teodelina por fin
Arribamos a Teodelina, y previos mates en la casa de Carlos, que además nos gestiona la estadía en el Balneario el Edén de Teodelina, nos lleva a la laguna El Chañar.
También en este lugar la recepción es muy cálida, y nos facilitan como invitados, las instalaciones del balneario.
¿Podremos continuar?
Ahora debemos informarnos si es posible continuar el viaje.
La sequía es demasiado importante, y todos los arroyos y canales están secos.
Estamos a apenas unos cientos de metros del Río Salado, que toma su nombre a la salida de esta inmensa Laguna del Chañar que tenemos ante nuestros ojos. Pero desconcemos su caudal.
Mañana antes de cargar equipajes iremos a explorar la salida de la Laguna, y decidiremos la posibilidad o no de continuar.
Salida desde Balneario Virginia Diaz
Exceso de equipaje
Nos damos cuenta, que tenemos exceso de equipaje, por lo que nos vemos obligados a hacer una selección, debemos dejas algunas cosas en el Balneario
Salida
Siendo las 11:30 emprendemos la salida, por las calmas aguas de Las Encadenadas. Ya no habrá
juncos nos han dicho, y es así, pero paulatinamente se nos irán presentando otras dificultades.
Las Encadenadas
La laguna Las Encadenadas es una laguna con forma de "S" de varios kilómetros de longitud. rodeada de altas barrancas, y de orillas, con altos eucaliptus.
En el agua, saltan los peces, y en las orillas se observan grandes bandadas de biguás.
En una de las costas, saludamos a unos pescadores, que están desde hace varios días dedicándose a la pesca.
Al llegar al extremo sur de la laguna Las Encadenadas, debemos realizar sobrepasar un camino. Descubrimos que la cantidad de agua es mínima, apenas para mantener a flote la laguna
La acción del hombre
También volvemos a enfrentarnos con el desagradable espectaculo de la acción de hombre.
Desde que hemos salido, en cada puente y camino que atravesamos, descubrimos cantidades de botellas, bolsas, vidrios, alambres arrojados, que son arrojados sin nigún tipo de contemplación, convirtiendo estos espectaculares sitios, en verdaderos basurales.
Rumbo a las Marías
Atravesamos pues, el teraplen del camino e ingresamos en un angosto canal. Ya no hay Juncales, pero altos bancos de tosca, carcomidos por la corriente, nos obligan a bajar continuamente de la piragua, y arrastrarlas contra el duro piso.
Nuevamente comenzamos a cansarnos hasta la extenuación. Además nuestros piés están extremadamente doloridos por el andar entre lagunas con juncos en el día de ayer. Las pequeñas heridas y cortaduras, arden, en contacto con el agua algo salada de los canales.
Llegar hasta la laguna de las Marías nos cuesta un gran esfuerzo.
Incluso nos vemos detenidos por decenas de vacas, que ocupan el canal, y especialmente por un toro bastante grande, que se niega a correr, y al que tratamos de espantar sin mucho convencimiento, por temor a que se nos viniera encima.
Luego de estos percances arribamos a la laguna Las Marías, lugar de un famoso hallazgo arqueológico, de restos indígenas que se remontan miles de años en la historia de la región
Esta laguna tiene forma triangular, y es muy baja, rodeada de hunquillos, una junco de puntas espinosas que toma forma de mata redondeada, y da un paisaje muy pintoresco.
La recorremos hasta su extremo este, donde un terraplen de un camino nos indica su final.
Al subir el terraplen y observar hacia el este observamos ya un verdadero arroyo, meandroso, rodeado de hunquillos y pelos salado, y con grandes bancos de tosca... con apenas unos centímetros de agua...
Se termina el agua
Nos faltan solo algunos kilómetros para la laguna El Chañar de Teodelina, pero ya es imposible continuar... Solo unos pocos centímetros de agua, un poco de lluvia, y sería un hermoso arroyo para llegar a la Laguna El Chañar de Teodelina....
Félix de Azara. De Melincué a El Corzo
"Se salió de Melincué, y antes de mediodía se hizo alto; se observó la latitud de 33º 57’ 25’’; se prosiguió la marcha, y se acampó junto a una laguna, cuya situación, según la estima, se calcula en 34º 4’ 55’’ de latitud, y en 3º 36’ 32’’ de longitud occidental. Se vio el origen del río Salado, que es una laguna tendida de Noroeste a Sureste. Nos pareció que estos sitios eran a propósito para trasladar el fuerte o fortín de Melincué, y se marcó con el nombre de Corzo. "
martes, 6 de enero de 2009
Llegando a Villa Cañás
También recibimos el apoyo de Viviana que junto con Damiana nos han traido parte del equipaje que por cuestiones de peso en esta parte difícil del recorrido habíamos dejado en Venado Tuerto
El atardecer es fantástico, con el que recien ha vuelto a aparecer poniéndose detrás de los grandes eucaliptus de la costa opuesta, tiñiendo paulatinamente el cielo de rojo, hasta apagarse.
Quedamos largo rato contemplando este espectaculo no sabemos si por la tranquilidad que transmite, o por nuestros cuerpos completamente agotados luego de tan larga jornada.
Laguna de Runciman
Laguna el 66 (de Runciman)
Laguna "El 66" o de Runciman, Ubicada camino a María Teresa, a un costado de la Ruta 14. Es una bella laguna del sur de Santa Fe rodeada de eucaliptus y costas con barrancas de mediana altura.
Probablemente sea esta laguna, la que a comienzos del siglo XIX era conocida como laguna del Sauce, citada en crónicas del año 1806 (Fernández de la Cruz).
Saliendo de Laguna El Hinojo
Ya nos encontramos en la laguna El Hinojo, una de las lagunas más importantes lagunas de los alrededores de Venado Tuerto, conocidas desde al menos el año 1806, que tiene un gran significado para los venadenses, pues nos ha acompañado desde los primeros tiempos de nuestra historia. Allí no esperaba Domingo Bindelli, el encargado del lugar. Mucho más que un encargado, pues sin su infatigable esfuerzo, no habría forma de disfrutar de este rincón de vida silvestre con que cuenta la ciudad. Y a quien debemos un gran agradecimiento pues sin el valioso apoyo que nos brindará, esta travesía hubiera sido mucho más dificultosa.
Desde la quietud de la naturaleza que nos rodea, divisamos en la lejanía, los altos edificios de la ciudad de la que nos alejaremos por un tiempo
Siendo las 9:10 dejamos las compuertas de la Laguna el Hinojo rumbo hacia el sur.
Ya en los primeros metros comenzamos a atravesar densos juncales que nos obligan a caminar cientos de metros arrastrando la piragua con gran desgaste de fuerzas. En algunos tramos debemos abrir camino con machete, hasta encontrar areas navegables, o canales que nos permitan avanzar con rapidez.
También deberemos sortear numerosos alambrados y alzar la piragua para cruzar caminos rurales.
Naturaleza
Sin embargo a pesar del esfuerzo, es gratificante el espectáculo que nos ofrecen los cientos de aves que levantan vuelo en cada tramo del recorrido.
Al bordear un juncal se alza una pareja de chajas, más allá, cientos de cuervillos de cañada, patos, gallaretas. Desde las costas, alzando y bajando su cabeza nos observan grandes bandadas de pitotoys.
En las orillas de una laguna abierta, divisamos una espectacular bandada de unas 30 espátulas rosadas.
En las orillas de las cañadas y lagunas, el suelo cubierto del típico pasto salado, conocido como "pelo de chancho". En una lomita en medio de las lagunas un pastizal autóctono de "cola de liebre" nos invita a caminar un rato entre sus penachos algodonosos.
Compañía
Cerca de uno de los canales lindante a una chacra, nos salen a recibir tres chicos, que enterados de nuestra travesía se acercan a saludarnos. Y allí se nos agrega un perro, que nos acompañará varios kilómetros en el recorrido.
Almuerzo
La comida del mediodía, en realidad las tres de la tarde, ha sido algunas galletitas, picadillo y salame. El esfuerzo nos quita el apetito.
Seguimos camino
Todavía nos quedan varias horas de caminatas, y algunos momentos de navegación, pues muchas lagunas están tan bajas, que debemos descender de la piragua y seguir el recorrido a pie, arrastrando la piragua.
Salida rumbo al Río Salado
Todo el día del 5 de enero lo hemos aprovechado para ajustar los últimos detalles del viaje, y completar nuestra lista de víveres y materiales.
Sobre las últimas horas, se sumó a nuestra travesía David Malpassi, que en el año 2005, nos había acompañado desde Melincué a San José del Morro.
Por necesidad de espacio, hemos cambiado la embarcación a una piragua, que es más espaciosa, y nos permitirá el transporte de mayor cantidad de equipo.
Por lo que habiendo finalizado con los preparativos, durante esta mañana del 6 de enero, estaremos partiendo desde las fuentes del Salado con rumbo a la Bahía de Samborombón.
Costa Sur de la Laguna el Hinojo (Vista hacia el Sur) A la derecha se pueden observar las instalaciones del Club de Pesca, y al centro, el canal que nos conducirá hacia el Río Salado
Tras los pasos de Félix de Azara
Félix de Azara (1742-1821), fue uno de los primeros naturalista del río de la Plata, donde desempeñó importantes actividades como naturalista y además como ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo, humanista
Entre sus exploraciones, se encuentra este viaje que realizó desde Buenos Aires a Melincué, y desde allí a las fuentes del Río Salado para seguir su curso hasta casi el mar, en territorios por entonces apenas conocidos.
Esta exploración quedó plasmada en su "Diario de un reconocimiento de las guardias y fortines que guarnecen la línea de frontera de Buenos Aires para ensancharla", del cual transcribiremos algunos pasajes en este blog, al paso de nuestra excursión.
Para quienes deseen leer esta crónica completa, pueden consultar:
Diario de Azara en Cervanes Virtual
y su Biografía:
Biografía de Félix de Azara en Wikipedia
domingo, 4 de enero de 2009
Sequía en el Sur de Santa Fe
La mayoría de las lagunas se encuentran con sus niveles mínimo, rodeadas por costas desnudas y resecas, donde el agua se ha retirado.
En cambio, en los canales que unen a las lagunas, hay agua, aunque sea poca, pero no manifiestan ningún tipo de corriente o movimiento.
Estas observaciones, desaniman un poco el comienzo del viaje, porque la perspectiva es que hasta Teodelina, en muchos sitios debamos arrastrar la embarcación por falta de profundidad.