Desarmamos carpas luego de que secara el rocío y embarcamos. Hoy nuestro destino inmediato son las compuertas del embalse donde finaliza nuestra navegación por la laguna de Mar Chiquieta
Sabemos que nos
va a esperar un día duro. Nos esperan 7 km hasta la compuerta, sin tierra firme
donde parar a descansar. Nuestros
cuerpos no se han recuperado lo suficiente luego del esfuerzo del día anterior.
Y además comienza a levantarse viento y la laguna a picarse
A
las 8:31 comenzamos a
arrastrar los kayaks hasta donde tenemos profundidad navegar y comenzamos la
travesía. La laguna comenzó a formar olas de más de medio metro de altura,
balanceando los kayaks a veces
peligrosamente, y demandándonos cada vez más energía. Francisco sugiere
ir acercándonos a la costa y no ir directamente hasta el embalse en línea recta,
pero igualmente la costa está lejana.
Este tramo será
el más agotador y largo de la travesía. Por la distancia en aguas abiertas y
por el fuerte oleaje. Serán 6 kms en estas condiciones hasta tocar costa para
descansar.
Francisco que se
había adelantado conversa con el propietario del campo donde tocamos tierra,
que se acerca al vernos navegar. Este hombre había ya navegado desde las
compuertas hasta Bahía Samborombón 6 veces. Y da algunos consejos para
atravesar el embalse, avisándonos que el
vertedero es muy peligroso, y que nos acercáramos
por la derecha.
Luego de un breve
descanso y ahora bordeando la laguna, recorremos el 1.5 kms que nos separan de
las compuertas.
Previamente nos
acercamos a un punto marcado como pescadero. El lugar consta de unas casillas
rodantes. No observamos a nadie. Hay un vehículo probablemente de algún
pescador y unos caballos y vacas merodeando el supuesto lugar de pesca.
Nos comunicamos
con Luis Valle, nuestro transportista, acordando que saldríamos en el camino de
tierra antes de llegar a Saforcada a unos 5 kms de distancia desde las
compuertas y ya dentro de Laguna de Gómez. Considerábamos suficiente y
satisfechos como para concluir allí la
travesía, y además por el grado de
cansancio que traíamos.
Volvimos a los kayaks
enfilando hacia el embalse y tratando de evitar el vertedero que nos habían
alertado que nos podía “tragar” por lo
que cruzamos hacia la derecha de las
compuertas.
12:15 Arribamos a la margen derecha de las compuertas
donde hay una construcción que pertenece al embalse
Se nos acerca Fabián
Ciri, policía que custodia las instalaciones del embalse. Nos impide el cruce
por cuestiones de seguridad y jurisdicción. Luego de negociaciones, solicita
autorización a un superior quien accede.
Nos ayuda a
trasladar los kayaks que debemos transportar a mano a través del murallón y
bajarlos en una cárcava. Le ofrecemos por la ayuda unos pesos que se niega
rotundamente a aceptar.
Desde el murallón
observamos que ahora el Salado tiene ya aspecto de río.
13:05 retomamos la navegación y descubrimos que
la corriente ayuda mucho y comenzamos a recuperar velocidad llegando a un
promedio de 6 km por hora, y dando
descanso a nuestro cuerpo.
14:05 al llegar al puente del camino acordado
como lugar de finalización del viaje, lo vemos difícil de subir por la cantidad
de rocas que podían romper el kayak de fibra y entonces enfilamos a un islote arenoso, donde descansamos unos
minutos
Por la dificultad
de subir al puente y que habíamos tenido un descanso en este último tramo
acordamos continuar hasta la Ruta Nacional 7, avisándole a Luis ya el lugar definitivo
para que nos vaya a buscar.
14:26 emprendemos el tramo final de nuestra navegación hasta la
ruta 7, distante a unos 4 km de distancia.
Ya con
tiempo, navegamos despacio por la Laguna
de Gómez hasta que divisamos a la distancia los vehículos que la transitan la ruta.
Pero antes de
llegar nos espera un nuevo obstáculo: las vías del ferrocarril que cruza la
laguna. Pasarlo con los kayaks al hombro es complicado porque el terraplén está
sostenido por rocas peligrosas para el kayak de fibra. Y la altura que nos
queda para pasar estimamos que está al límite de la altura del kayak y
nosotros. Y luego de varias vueltas nos animamos a sortearlo por debajo casi
rozando el techo del puente.
Tras unos 800
metros más, arribamos a la Ruta 7 a las 15:20 horas. Nos queda sacar los kayacs a través de suelos cenagosos, y llevar las
embarcaciones a un huella apta para el ingreso del camión para cargar las
embarcaciones
Así habían
transcurrido 2 días y 7 horas desde la salida hasta arribar a nuestro destino.
Habíamos recorrido 78 km. Y remado en total más de 20 horas.
Estamos
exhaustos, cansados y acalambrados y con
dolores en cada músculo del cuerpo. Nos
da risa lo difícil que nos resulta poder levantar los brazos en alto y el dorso
de las manos completamente tostados y las primeras y segundas falanges de los
dedos blancos .
Luego de la
espera de unos minutos Luis nos pasa a buscar. Gran gaucho, imaginando nuestro
estado nos traía 2 gaseosas frías.
Carga de kayaks y
fin… o mejor dicho hasta la continuación, Junín a Bahía de Samborombón
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